El extremo occidental del Macizo
del Monte Perdido destaca la colosal Mole del Taillon, conocido como el tres mil mas
fácil
y rápido de ascender. Bastan tres horas para alcanzarlo por una excelente senda desde el
aparcamiento del Puerto de Bujaruelo. Todavía mas al oeste se encuentran los Gabieto, dos
airosas cimas poco conocidas. Ambos objetivos se pueden alcanzar de forma consecutiva, con
la posibilidad de combinar diversas rutas.
Partiremos de la aldea en ruinas (1
340) situada en el extremo de una pradera idónea para acampar. Al iniciar la marcha
cruzamos el rió Ara sobre el viejo puente de piedra, adentrándonos en el Barranco de
Lapazosa (E). La senda es buena y sube rauda la ladera l valle, serpenteando entre
arbustos hasta que el bosque se esfuma.
El camino discurre por la margen
izquierda del barranco, próximo al espolón occidental de los Gabieto, teniendo que
soportar la compañía de una línea de alta tensión. Volvemos junto al torrente cuando no,
es mas que un arroyo, cruzándolo precisamente en el emplazamiento de una excelente
cavaría
(2000) (1,30).
Suaves praderas y empinadas
laderas herbosas nos elevan por el vallecillo, cada vez mas angosto, hasta el Puerto de
Bujaruelo (2270) (2,15). En este amplio collado, en lugar de vacas y caballos
encontramos un grupo de coches, dado que es accesible por carretera desde Gavarnie.
Una buena senda recorre ahora hacia
el Este toda la vertiente septentrional de los Gabieto y el Taillon. Es un tramo
cómodo que discurre bajo los soberbios murallones de las cumbres y sobre el verde tapiz de
los pastizales.
Al cruzar las estribaciones del
contrafuerte NE del Taillon la senda se funde con otra que sube de Gavarnie por el Valle
Pouey-Aspe, emprendiendo de inmediato un vertiginoso ascenso por terreno agreste, al
tiempo que atraviesa los cursos de agua procedentes del Glaciar de Taillon. Mas arriba nos
encaramamos a una morrena que forma collado, apareciendo a escasa distancia el Refugio de
Sarradets (2587) (3,30).
Dirigiendo la vista al sur
descubrimos un profundo tajo en la muralla; incluso quienes lo contemplen por vez primera
sabrán que se trata de la legendaria Brecha de Roldan. Para llegar hasta ella hay que
remontar una pronunciada morrena, resbalando sin cesar. Al situarnos al borde del glaciar
contemplamos el espectacular Circo de Gavarnie, cruzando luego el espacio nevado que
conduce a la Brecha de Roldán (2807) (F) (4,00).