RAQUETAS DE NIEVE
Existen muchas montañas en nuestro Pirineo que se pueblan de montañeros y
excursionistas en los meses de verano y también son invadidos determinados
valles por aquellos que practican el esquí alpino.
Pero, queda otra montaña, la alta montaña que no es visitada ni en verano, ni en
las estaciones de esquí. Esta es la verdadera montaña, la de los aguerridos, de
los aventureros, de los que les gusta ir lejos de las aglomeraciones, de
los amantes de la naturaleza pura, de las condiciones climáticas adversas, en la
que la supervivencia es un canto a la vida y en la que el compañerismo es un
canto a la supervivencia.
Esta es la montaña blanca sin huellas, la de la nieve que nadie ha pisado, la
del silencio sólo roto por pequeños aludes que se desploman sobre el valle, la
de la soledad, aquella en la que el montaña se encuentra consigo mismo y con los
compañeros de cordada. Esta es la montaña de la raqueta.
La raqueta
es ese material deportivo tan antiguo como la propia historia del hombre en la alta montaña. Es la raqueta de siempre, pero con nuevos diseños y
nuevos materiales que las hacen más seguras y más cómodas.
Es una pena perderse
las maravillas que el invierno nos ofrece por desconocimiento; la montaña
nevada es un terreno de juego apto para el excursionismo a todos los niveles.
Simplemente, es diferente, hay que conocer y comprender, saber elegir los
itinerarios e ir bien equipados.
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